Ayer me viste en el mismo sitio donde últimamente nos hemos encontrado. La misma actitud que usualmente yo tenía al verte se apoderó de tu cuerpo, y tu mirada parecía culpable. Ayer me viste de nuevo y esta vez fui yo quien sin ninguna mala intención se olvidó de tu presencia. Sin darme cuenta se me olvidó que antes era yo el que te buscaba, doblegando mi orgullo, tratando de mostrarte un poco más de lo que solo te habías interesado en conocer.
Y esto es lo que soy, esto es lo que siempre he sido pero tú no lo querías ver. Intenté mostrarte algo más de lo que soy hasta que se me agotaron las ganas de que vieras más allá de luces fluorescentes que nos cegaban mientras estábamos cerca. Intenté ir más allá de lo efímero de la noche, pero solo quisiste quedarte con una parte de mí.
Te he observado todo este tiempo buscando que tu atención se centrara en lo mucho que quería ofrecerte pero lo único que realmente logré fue alimentar tu ego una y otra vez. No recuerdo desde cuándo fui obligado a someterme ante ti, lo cierto es que perdiste la astucia para mantenerme en la cola de los que están esperando a que finalmente tu edad te obligue a querer algo más que una noche.
Ayer me viste como solamente me viste el día en que nos conocimos, con ese interés extraño, con la intención de que esa mirada llegue a algo más allá. Pero ya es demasiado tarde. Ayer me viste como nunca me habías visto. Te diste cuenta, en el medio de la fluorescencia, a través de gente que se atravesaba entre los dos, cómo dejé de extender mis límites.
Ayer me viste cómo disfrutaba con la gente que me rodeaba y cómo mi atención se despidió de tu protagonismo. Cómo mi mundo salió de tu alcance y ya no te reconoce como su eje.
Tal vez no esperabas que todo esto pasara tan pronto, pero no era yo quien no se acercaba, eras tú quien se alejaba y me estaba haciendo dejar de vivir la vida que quiero vivir.
Ayer me viste, me viste a través del muro que construí entre los dos, un muro al que tú le pusiste la primera piedra mientras te pedía que aceptaras todo lo te quería ofrecer. Quería ser más que tu amigo, más que al que saludabas con suficiencia en encuentros fortuitos. Quería ofrecerte algo más que una conversación interrumpida por el ruido de la noche.
Ayer me viste y me pregunté, ¿te diste cuenta de lo que perdiste? ¿O es que todo me lo estoy imaginando?
Ayer me viste no sé si más de una vez porque ya yo dejé de verte...
Ese amigo al que se le ofrece más que una amistad y la desprecia. Una cosa que nos pasa a todos y superarlo es la parte más difícil, pero la que más dicha nos llega a dar cuando finalmente te haces libre.
ResponderEliminarConfieso que es el unico blog que leo y con la suficiente atencion que se merece...
ResponderEliminarEso es un gran halago!!! Mil gracias!!!
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