No te he visto en mucho tiempo, estaba escondido del mundo sólo pasando el tiempo. La última vez que nos vimos yo estaba mal emocionalmente, tú estabas mal sentimentalmente pero aún así estábamos tan cerca como nunca lo habíamos estado antes. Todo el mundo pasándola bien, excepto yo... Yo decía que me preocupaba de la nada.
Me dirigiste con esos ojos inocentes. Hiciste conmigo lo que quisiste. En tu jardín jugaba a nada, en mi mente pensaba en nada y besé tus labios y me adueñé de tu corazón pero aún así yo seguía pensando en la nada.
En mis sueños me consumían mis tristezas. Derramándose, desbordándose fuera de mí. Quedándose, llenándose dentro de mí pero llegaste tú y las ahogaste aún y cuando te dije que lo único que me importaba era la nada.
Tarde reaccioné cuando me di cuenta de que eras tú quien estabas guiando mi camino y la nada quedó sólo en eso, en nada. Tarde actué cuando me di cuenta de que eras tú a quien yo estuve esperando en mi silencio diciéndote una y otra vez de manera inútil y equivocada que lo que me preocupaba era la nada. Que nada me importaba, sólo la nada.
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