Mira a tu alrededor. Vuelve a mirar bien y dime qué es lo que observas. Mira un instante a través de mis ojos y te aseguro que no tendrás nada de qué arrepentirte.
Sé que fui vacilante por miedos del pasado que abrumaban mis sentidos y una y otra vez permití perderte, pero realmente me estaba perdiendo a mí mismo. Y no quiero, juro que no quiero dejarte ir más. Hoy declaro el fallecimiento de mis temores. Nada estará fuera de los límites durante esta transición.
Mucho ha sido lo que has cambiado en mi vida desde que reapareciste aquella noche de verano en la que el destino se encargó de reencontrarnos y hacernos vivir lo que tanto queríamos vivir.
Te convertiste en eso que llaman "alma gemela". Contigo sufrí una extensión. Contigo "supe que el rostros de Dios es hermoso".
Detente un momento y respira. Borra todo lo que el pasado pudiera afectarte y armemos nuestra historia con todo aquello que merece la pena. Te aseguro que jamás te arrepentirás.
Dame tu mano, colócala sobre la mía y continuemos caminando juntos, el camino que nos queda es aún muy largo pero estoy seguro que lograremos llegar hasta ese punto al que tanto hemos soñado llegar.
Sé que ha habido personas ajenas a todo esto esperando una oportunidad y "aunque sepamos que hay alguien esperando esa oportunidad, los seres humanos siempre nos vamos por lo complicado, que significa lo que realmente queremos, no importa qué". Sólo queda de nosotros mismos elegir la opción correcta.
El tiempo me ha enseñado que la persona que logre adentrarse en el alma es por la que verdaderamente merece la pena luchar el resto de la vida.
Escucha el sonido de mi alma, aunque parezca imperceptible. Escucha nuevamente lo que tanto te ha estado gritando. Te juro que no habrá nada de qué arrepentirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario