He aprendido que hay momentos en los que hay que refugiarse en el silencio para no herir a quien no se quiere herir.
He aprendido que muchas veces se miente tratando de ocultar verdades que no le harían bien a nadie, pero he aprendido que las verdades salen a la luz tarde o temprano.
He aprendido que la belleza de la vida sucede sólo cuando hay un equilibrio en todo aquello que la compone pero esa belleza es efímera y a veces se oscurece más pronto de lo que se puede imaginar.
He aprendido que la pareja debe ser una compañía en la vida, debe caminar al lado. No hay que permitir ir ni atrás ni adelante.
He aprendido que el pasado es algo imborrable, se pueden quemar cartas, romper fotos, cambiar de número telefónico... los recuerdos son indestructibles.
He aprendido que la confianza hacia otras personas depende mucho de cómo se tiene la propia conciencia.
He aprendido que quien fácil ama, fácil olvida.
He aprendido que no se debe renunciar a nada que proporcione felicidad, al fin y al cabo la felicidad son momentos que hay que atajar durante el transcurso de la vida.
He aprendido que hay que ser "amigos de los amigos que saben ser amigos".
He aprendido que no se puede solucionar los problemas del mundo sin antes solucionar los propios.
He aprendido que a veces un "adiós" es necesario para reencontrarse con uno mismo.
He aprendido que la soledad prepara para nuevos cambios en la vida.
He aprendido que no hay que lamentar aquello que se pierde, simplemente era algo que no se debía tener.
He aprendido que el crecimiento espiritual debe estar constantemente en evolución.
He aprendido que la humildad es una de las cualidades más importantes en los seres humanos.
He aprendido que hay que dedicarle tiempo a la familia, a los amigos, a la pareja, al trabajo pero sobretodo a uno mismo.
He aprendido que el fracaso de una relación es el comienzo de un nuevo camino que hay que emprender de inmediato.
He aprendido que la perfección es saber apreciar y aceptar la imperfección y en consecuencia verá perfecto quien sepa apreciar y aceptar los defectos de los demás.
He aprendido que "cuando se piense en dar una segunda oportunidad, se debe pensar también que existe alguien esperando la primera".
